
Aunque pueda llegar a estarlo, uno no tiene por qué sentirse mal borracho. Cosas como marearse, tambalearse o marrar la pronunciación no son un problema en sí mismas sino para los demás6, que suelen preocupar menos cuando está uno borracho7. La mejor manera de evitar una droga es desconocerla (y me refiero a su existencia), a partir de aquí, las diferencias profundas entre salir de copas e ir a misa se esfuman. En el primer caso, aunque alguna hostia también te puedes llevar, se suele comulgar más bien con ruedas de molino remojadas, eso sí, en güisqui de consagrar ¿Y lo que está bien y lo que está mal? En ambos casos deja de importar para empezar a hacerlo el hábito. La mayoría de los católicos que van a misa, por mucho que se engañen, saben en el fondo lo hijos de puta que son. No soy mejor que ellos; ya casi no me acuerdo de por qué salgo (vale sí, claro que lo hago, ya sabéis: ¡¡Beber y follar, beber y follar, beber y follar!! Lo que no recuerdo es qué significaba aquello al principio)… No importa: raras veces se enamora uno de los polvos que echa, pero que pruebe a dejar de echarlos.
Hace menos tiempo del que pensáis descubrí que mi lucidez me hacía daño y que mi mirada se movía desde los culos y las tetas hacia los ojos con excitación creciente... Me voy al parque a correr.
1.- ¡Vaya! Aquello hubiera tenido cierta gracia.
2.- Y esto, más que un estado, es una actitud.
3.- ¿Y sabéis por qué no me acuerdo? Por el cabrón del alcohol. A vosotros el alcohol ¿cómo os cae? Os cae bien ¿eh? Porque con vosotros es de otra forma... con vosotros es de otra forma pero conmigo es un hijo de puta...
4.- Bueno ¿a quién cojones creíais que ibais a descubrir en estas páginas? ¿A Tomás de Aquino?... Aquí no (perdón por éste, que es de cárcel).
5.- Desconcertante que hayan pasado por alto en esta minibiografía su asombroso parecido con Art Garfunkel.
6.- Si, por ejemplo, se marea uno, se tumba (donde sea) y punto, otro tema es la penosa imagen que esté dando o el estómago, que ése si que…
7.- Detendré en este punto mi alegato en defensa del alcohol para no tener que cambiar el título por “Regocijándome en mi crápula”.
1 comentario:
Muy buena. No voy a entrar a comentar el fondo de la entrada, pero me he disfrutado leyéndola y eso es lo que cuenta.
Manda huevos que haya leído esto 2 años y medio después. Supongo que se agradece saber de vosotros desde la distancia, aunque sea a través del blog.
Publicar un comentario