lunes, 20 de noviembre de 2006

Berliner Lied (¡Qué horterada!)

Despierto sin vocabulario ni correlaciones, sin elaboración ni ganas, casi sin músculos me levanto más fuerte y más humilde, hasta algo sonriente ya. Un poco menos yo, me preparo para alguna otra cosa...

Consciente de mi ofuscación, permito a la escasa luz recorrer mi cara y a la gente mirarme a los ojos ¡Qué mal escribo a veces! ¿No? ¿Y por qué debería eso importar a alguien? ¿Quién me creía que era?... No termina de ser ésta última una pregunta retórica; no lo tengo del todo claro.

No seamos repetitivos, hablemos de cómo los charcos apenas sí relucen; como nidos de lluvia en las irregualres aceras, de cómo los días son cortos y reemplazan parques por bares sin esperar por nadie. De una ciudad que tiene la consideración de no asesinarte de frío mostrando su cielo estrellado, de que, ahora mismo, sería capaz hasta de trabajar...

jueves, 16 de noviembre de 2006

He de reconocer que encajo con morosa delectación los puñetazos en el estómago con los que la evidencia de que, efectivamente, no soy más listo que nadie, me sorprende en ocasiones...