martes, 15 de noviembre de 2005

Una lanza por el cine español

No la voy a romper yo; ya se ha encargado de hacerlo Antonio Hernández con su última película estrenada Oculto. Para el que pudiera sonarle de algo, se trata del mismo guionista y director (y actor secundario) de En la ciudad sin límites (película que recibió en su día el Goya al mejor guión original y que han pasado ya por Televisión Española) trabajando con un equipo parecido. La película no tiene visos de ser un éxito de público (en sólo dos semanas transcurridas desde su estreno ya se ha retirado de algunas salas y algunas sesiones en que se proyectaba) pero sospecho que, si esta fuera (no creo que lo sea) una película representativa del cine que se hace en España o, de otra forma, si las expectativas que se tuvieran al ir al cine a ver una película española fueran las de ver cualquiera de las dos anteriormente citadas, el cine español gozaría de una excelente salud al menos en lo que a público se refiere. Como se trata sólo de una sospecha, invito desde aquí a cualquiera que lea esta entrada a que vea, si es que aún puede, “Oculto” en el cine o consiga “En la ciudad sin límites” de alguna manera y comente si está o no de acuerdo.

... otra ola: salta...

... ¿Cómo cojones he llegado a esta situación? Solo, en una playa sola, haciendo el gilipollas en el agua. La gente que venga va a pensar que soy un aberrado... Bueno; aquí no viene nadie... menos esa tía. Va a pensar que estoy loco. Vengo solo, con una toalla, la dejo en la arena, miro para todos los lados y no espero ni un minuto para meterme en el agua. Esto es para tomar el sol. Si vienes a hacer el moñas en el agua lo lógico es venir con más gente, pero solo... ola, salta. Me estoy empalmando y me están entrando ganas de masturbarme. Lo voy a hacer, un poco, el agua del mar no debe ser buena ¡Ola! Salta. Nadie me ve y ella no mira. ¡Jo! No puedo parar, si se gira no paro. Si se gira ¿se dará cuenta de qué estoy haciendo? Me tapa el agua ¿Le gustará? Aaaaaah ¡cómo me estoy poniendo! Más deprisa, más deprisa, aaaaaaah... ¡Uf! voy a parar; me estoy pasando. Voy a bucear. Debajo del agua no se oye, parece que me he ido. Así pensará que no estoy pensando en ella, que voy a mi bola. Vamos al otro lado de la playa... ¡Ahora está mirando y le veo las tetas! ¡Le veo las tetas! Disimula ¿Si me ve nadar le gustará? Nado... No se mete en el agua ni por asomo. Si se metiera intentaría tocarla. Haría como que voy buceando y no la veo y le tocaría con un pie el culo moviéndole el bikini o podría sacarme la polla y rozarla con ella y que pensara que era el pie. Eso es imposible lo iba a notar ¿Le gustaría? Si le gustara sería la hostia. Se ha tumbado boca arriba, voy a salir para mirarla. Esperaré para que no se note. Seguiré meneándomela... ¡aaaah!¡ah! ¡ah! ¡ah! he estado apunto de correrme... otro poco, estoy muy cachondo ¿Y si salgo empalmado? Empalmado del todo va a ser un canteo pero medio morcillón... El bañador se me va a marcar un huevo ¡Venga! Así según estoy, con dos cojones... ¡Ueeeeh! ¡Hala! Se está notando mucho, menos mal que no mira pero cuando llegue a la toalla va a mirar ¡Ahora! ¡Joder qué canteo! Se ha dado cuenta fijo. Me parece que se ha sobresaltado, ha quitado rápido la mirada ¿Qué hago? ¿Me tumbo boca arriba o boca abajo? Así, de lado, no me puedo quedar. Boca arriba ¡Joder! Estoy casi completamente empalmado, se me mueve de arriba abajo y así tumbado no puedo verla, no sé qué hace. Esto me da morbo, me voy a abandonar... Ahora la tengo completamente tiesa. Me voy a incorporar para sacudirme un poco el pelo y así aprovecho para ahuecarme el bañador, lo tengo todo pegado. Al levantar el tronco me he girado y la he visto tumbada, lleva gafas de sol y no sé muy bien dónde mira. Ahora parece tranquila, a lo mejor tiene los ojos cerrados y no se ha dado cuenta de nada. Voy a darme la vuelta, boca abajo podré verla. Está buenorra que te cagas ¡Qué gordas tiene las tetas! ¿Cuántos años tendrá? ¿Tendrá marido? ¿Por qué no estará aquí? ¿Qué estará pensando ahora? A lo mejor piensa que soy un salido, un cerdo ¿Entonces por qué se queda ahí y no se tapa las tetas? ¡Vaya! Si antes lo digo... Se ha dado la vuelta. Se va a dar crema. La coge de la bolsa. Se me está bajando. Parece que se la da de medio lado para que no las vea bien. Se debe haber dado cuenta de que la estoy mirando. Miraré para otro lado, como que no me importa... Se debe estar frotando las tetas y me lo estoy perdiendo ¿cuánto tiempo podré aguantar sin mirar?... A ver: se la quiere dar por la espalda, pues va lista. A ver cómo lo va a hacer ¡Así no puedes idiota! Me parece que voy a irme...

-¡Perdona!

¡Joder! ¡Qué susto!

-¿Sí?

-¿Puedes darme crema por al espalda? Yo no llego.

-Ahora voy.

¡Joder qué nervios! Es lo que estaba esperando; la voy a tocar. Tranquilo, no pierdas la calma. Esta no se ha enterado de nada. Eso es. Piensa que soy un niño que le da todo igual. Eso voy a ser, no hay que cagarla. No me pasaré un pelo.

-Muchas gracias, menos mal que estabas tú aquí.

Tranquilo, que no note lo burro que estás, no hay que asustarla. Eso es, despacio... ¿Hasta dónde bajo? ¿Hasta el bikini? Lo tiene un poco remetido ¿Voy por los lados? ¡Qué miedo! Me va a decir algo, le he tocado un poco el pecho... ¡Cómo me ha molado! Creo que debo parar, se va a mosquear...

-¿Me das un poco por abajo?

¿Por qué habrá dicho eso? ¿La habré molestado? Entonces me diría que gracias y adiós ¿no? Estoy tan nervioso que no estoy disfrutando. Se está remetiendo todo el bikini, me enseña todo el culo. Me está pidiendo que se lo toque, voy a darle crema. Ahora estoy empezando a disfrutar ¡Dios qué momento! ¿Y ahora qué hago? ¿Cómo voy a parar? Quiero tocarla con todo, voy a...

-Ya, gracias.

-Un momento.

-Ya tengo bastante, gracias.

Se separa. Alarga la mano, quiere coger el bote. Yo no puedo quedarme así, me la voy a sacar... Aaaah, ah, ah, ah, ah... Está guardando el bote en la bolsa y no me ve, quiero que me mire, que vea lo que estoy haciendo ah, ah, ah, ah... ¿Qué esta buscando? ¡Quiero que me haga una paja con sus tetas! Era una gorra, se la va a poner...

-¿Pero qué haces? ¡No hagas eso! ¡Para!

¡Uaaaaaah! Me voy a correr ¿Pero qué hago? ¡Cómo la estoy poniendo! La he pringado entera. Está asustada.

-¡Para, por favor! ¡Pablo! ¡Pablo!

¡Está llorando! ¡Está llorando! La he asustado mucho ¿Pero qué he hecho? ¡Qué pasada! Me arrepiento. Tengo que irme corriendo. Se está limpiando con la toalla ¿Quién será ese Pablo? ¡Joder! ¿Ahora qué va a pasar? ¿Y si llaman a la policía? Si mis padres se enteran la he cagado ¿Me mandarán a un reformatorio?...

jueves, 10 de noviembre de 2005

El mileurismo va a llegaaarrr...

He colgado esta entrada en atención a Boorha, que todavía no está en condiciones de publicar por sí mismo. Sabed, colaboradores, que, a partir de ahora, tenéis la opción de establecer un vínculo a otra dirección también a través del título de vuestras entradas (como en la presente). Un beso para todos de parte mía y de Campillo.

P.D.: mileurista.

P.P.D.: Fernando Arrabal y el milenarismo.

jueves, 3 de noviembre de 2005

Persigo un dragón que serpentea...

... entre las mesas de la biblioteca como evasión de una guerra que se libró en mi cabeza. No es una metáfora. Puedo ver terroristas morir como ficheros se eliminan, sus cabezas atravesadas por la munición pesada que dispara una sofisticada arma de la que no se pueden ocultar, la destrucción de una flota aérea por fuego de infantería, soldados que, víctimas de una trampa, son mutilados a machetazos en una embarcación de transpote, los crueles gritos de unos paramilitares triturando el sexo de una prisionera con una viga oxidada... Un sueño que me causa un malestar que yo mismo produje.

Las curvas del lomo del dragón se retuercen en mi cabeza, me distraen del ficticio sufrimiento que, no entiendo por qué, imaginé una noche en que mi vida quedó sólo un poco más clara. Me pregunto si me evadía entonces como ahora al recordar qué sentí; una presencia poderosa y expeditiva que fracasa al ocultar que no lo es tanto, su fragilidad e indefensión ante una voluntad casi infinita de hacerle daño, mi práctica incapacidad de enfrentar por momentos el horror que presenciaba superada por la revelación de que no era cierto, de que no tenía por qué serlo.

Poco antes de acostarme me habían recordado cómo la incertidumbre se evita por ignorancia o no se evita y que mis problemas no son muchos más ni muy diferentes. Puede que el sueño fuera un modo de sentir que mi principal enemigo soy, precisamente, yo mismo.