jueves, 28 de septiembre de 2006

Pensar o no pensar por los demás

Es un dilema que se expresa con preguntas como “¿Qué es mi vida y qué no es mi vida?”, “¿Cuál es mi guerra y cuál no es mi guerra?” etc. y que se aplica a la toma de decisiones que afectan a segundas y terceras personas, sobre la vida de segundas y terceras personas incluso.

Para intentar eliminar algunas connotaciones egoístas (y sólo algunas) de la disyuntiva, habría que señalar que existe diferencia entre pensar en los demás y pensar por los demás. No creo que merezca la pena aclararla (eso, y que me da pereza hacerlo por escrito).

Es un problema que guarda también relación con la percepción del control que uno cree tener o poder tener sobre sus propias circunstancias y cuáles son éstas (y no las de otro o las de nadie en particular). Una sobredimensión del yo podría exagerar la percepción de control sobre las circunstancias, creando un personaje fantástico al que podríamos llamar Superyó.

Superyó podría ser entonces llamado a través del catolicismo (evidente o encubierto) a una labor evangélica, a desempeñar una función mesiánica de redención de los demás. Una llamada que podría ser la voz de Dios, los padres, la razón, el derecho natural, el super-yo (en sentido freudiano; el super-yo llama a Superyó)...

De esta, a mi juicio distorsionada, percepción de lo relativo y lo absoluto (la sintonía con Dios) se derivarían la mal entendida forma de tolerancia conocida como resignación cristina por una parte y el sentimiento de culpa (por no ser Superyó) por otra.

Tomar como ejemplo lo que Jesús dijo es distino de tomar como ejemplo lo que Jesús hizo. Jesús (como hombre) no era telépata, sólo muy listo... después llegó la mitificación.

Un católico que no contradice a nadie es porque no le gusta que lo contradigan. La contradicción se podría interpretar entonces como un atentado contra lo más sagrado -¿La dicción?- No. Yo cuando me transformo en Superyó.

martes, 26 de septiembre de 2006

Si las putas fueran gratis... ¿Seguiríamos intentando ligar? ¿Por qué?

jueves, 14 de septiembre de 2006

No somos un país de emprendedores, somos un país de cenizos.
A.- Eres demasiado guapa para ser buena.

B.- ¿Por qué dices eso?

A.- Porque puedes permitirte no serlo.

viernes, 8 de septiembre de 2006

Hay quien busca sistemáticamente un camino más fácil que el más fácil, lo cual imposibilita llegar a ningún sitio.