lunes, 24 de octubre de 2005

Aviso para colaboradores

Como os veo, en general, poco animados, os recuerdo que no sólo se permite sino que se encarece la contribución al blog en forma de entradas o comentarios de no importa qué naturaleza...

Como sospecho, además, que con esto no va a bastar, se premiará con una copa la entrada inmediatamente posterior a ésta.

jueves, 20 de octubre de 2005

Seguro que habéis escuchado alguna vez...

... referido a la actividad sexual humana que las mujeres son cíclicas y los hombres fásicos o algo similar. Para los que no le suene demasiado, baste mencionar el ciclo estral de la mujer.

Esta idea con sólida base fisiológica puede inducir a pensar que la actividad sexual masculina no tiene sus propios mecanismos de regulación y que, más allá de fásica, podría ser monofásica. Creencia de la que participan muchas más mujeres de las que cabría esperar en connivencia con algunos hombres orgullosos, al parecer, de su supuesta simplicidad y que se manifestaría en tópicos como que el hombre está siempre dispuesto a mantener relaciones sexuales (lo cual no es cierto porque, de ser así, no veríamos tanto fútbol) o en confusiones tales como identificar erecciones matutinas con excitación sexual.

Por supuesto que tenemos mecanismos (aunque no cíclicos) de regulación y corregidme si creéis que me equivoco al exponer el siguiente.

La eyaculación y la receptividad

De pequeños nos explicaban en el cole que los seres vivos nacían, crecían, se reproducían y morían pero, a poco que nos detengamos a pensar, lo esencial, distinto, característico, diferenciador, etc. es la reproductividad: las piedras no producen piedras, las nubes no producen nubes pero los seres vivos sí que producen seres vivos. Una de las estrategias de la reproducción (elegida, entre otras, por nuestra especie) es el sexo. Como la función fundamental de la actividad sexual humana es la reproducción (ojo que digo fundamental y no principal o única o esencial o mejor o más conveniente…), no parece descabellado pensar que el organismo tenga algún sistema de regulación y control para saber que, efectivamente, se está reproduciendo con éxito.

Pues bien; para reproducirse los humanos (y otras muchas especies), los espermatozoides deben salir de los testículos. De no hacerlo, el organismo podría responder aumentando la receptividad sexual (entendiendo por receptividad a la capacidad tanto de recibir como de responder a estímulos, sexuales en este caso). Lo que en esquema vendría a ser:

Testículos llenos de espermatozoides => humano que no se reproduce => aumento de la receptividad

Y el recíproco:

Testículos que se vacían => humano que se reproduce => disminución de la receptividad

(Entiendo que el recíproco también es necesario porque, sin orden de parada, la repetición demasiado frecuente del acto reproductivo resultaría literalmente estéril)

Es oportuno hacer una consideración que se os puede haber ocurrido y es que el principio de reproducción no es el único rector de la actividad sexual humana. Existen otras fuerzas capaces de actuar sobre la receptividad sexual (como el miedo; es difícil estar sexualmente receptivo mientras se es, por ejemplo, perseguido por un león, independientemente de que alguno fuera capaz de arriesgarse a ser comido por uno) pero pocas son tan fuertes.

Habréis caído todos en la cuenta de que no siempre que los espermatozoides salen de los testículos es para reproducirse pero ¿habéis caído también en la de que, siempre que lo hacen, se han de reproducir aproximadamente las mismas condiciones en el organismo?

La saliva y la campanilla

Es posible que hayáis oído hablar de un experimento de un tal Pavlov en el que, tras constatar que un grupo de perros salivaba en presencia de comida, se estuvo haciendo sonar durante una temporada una campanilla siempre que se los iba a alimentar, con el tiempo, los perros salivaban al oír la campanilla aunque no hubiera comida por ninguna parte.

Algo parecido ocurre con la masturbación en que, en el caso masculino, si se consiguen reproducir las condiciones del acto reproductivo el reflejo eyaculatorio funciona aunque no haya mujer por ninguna parte.

Este hecho, pese a sus incuestionables ventajas, tiene un inconveniente para las personas que, como yo, son inseguras, hecho para cuya adecuada exposición, tendría que enunciar una hipótesis sobre motores volitivos que dejo para una próxima entrada…