martes, 28 de agosto de 2007

¿Las oyes...?

¿Las oyes cómo piden realidades,
ellas, desmelenadas, fieras,
ellas, las sombras que los dos forjamos
en este inmenso lecho de distancias?
Cansadas ya de infinitud, de tiempo
sin medida, de anónimo, heridas
por una gran nostalgia de materia,
piden límites, días, nombres.
No pueden
vivir así ya más; están al borde
del morir de las sombras que es la nada.
Acude, ven conmigo.
Tiende tus manos, tiéndeles tu cuerpo.
Los dos les buscaremos
un color, una fecha, un pecho, un sol.
Que descansen en ti, se tú su carne.
Se calmará su enorme ansia errante,
mientras las estrechamos
ávidamente entre los cuerpos nuestros
donde encuentran su pasto y su reposo.
Adormirán al fin en nuestro sueño
abrazado, abrazadas. Y así luego,
al separarnos, al nutrirnos sólo
de sombras, entre lejos,
ellas
tendrán recuerdos ya, tendrán pasado
de carne y hueso,
el tiempo que vivieron en nosotros.
Y su afanoso sueño
de sombras, otra vez, será el retorno
a esta corporeidad mortal y rosa
donde el amor inventa su infinito.

LA ULTIMA PAGINA

Puffffffffffff, que nervios, esto de perder la virginidad en todos los aspectos crea cierta ansiedad...., sea por primera entrada. Por no hablar de la certeza de no estar al nivel del primer padre del grupo y del padre del blog, verdaderas almas mater de este blog.

Una vez hecha la pelota, me encamino al motivo que me ha llevado a escribir, la muerte de un gran periodista, malditamente popular por una trampa, difundida hasta la saciedad por los zappings, puesta por una que se hace llamar periodista cuando es presentadora de televisión.

Ha sido según algunos un gran escritor, grandiosa su autobiográfica "Mortal y rosa" pero pasará a mi memoria por todas esas magníficas columnas llenas de acidez, viveza, destreza y mala leche, que a diario ocupaban la última página de el diario EL MUNDO. Desde aquí mi homenaje para aquel que durante muchas tardes me hizo disfrutar de la lectura del periódico.

Buen viaje.

miércoles, 22 de agosto de 2007

Preguntas y respuestas sobre buenorras

¿Por qué buenorras?

Al mirar a una buenorra un hombre heterosexual no necesita interrogarse. Las buenorras, en cuanto que tales, son incuestionables.

¿En qué radica su incuestionabilidad?

En el estímulo que suponen para los sentidos.

¿Por qué privilegiar los sentidos?

Por su inmediatez.

Entonces ¿son inevitables las buenorras?

No, la evidencia empírica me dice que no todo hombre heterosexual las busca o las ha conseguido, pero la evidencia empírica me dice también que todo hombre heterosexual se siente atraído por ellas.

¿No existen en la vida mejores objetivos?

Lo desconozco.

Sé que quiero buenorras, ahora ¿Qué quieren ellas?

¿Quieren todas lo mismo?

Seguramente no pero, para comenzar, buscaré algo en que puedan coincidir todas. Si del conjunto de las buenorras descarto por falta de interés (suyo, no mío) a las lesbianas (que las habrá ¿por qué no?), las demás, como mujeres heterosexuales o bisexuales que son, se sentirán atraídas (no por todos pero) por algunos hombres.

¿Existen también hombres incuestionables?

Lo desconozco. Me centraré en el hecho de que cada vez que una buenorra se enrolla con un tío, un tío se enrolla con una buenorra.

¿Cómo son estos tíos? ¿Son completamente aleatorios o existen regularidades?

Suelen cumplir patrones de atractivo físico (buenorros). Los hay que no; estos cumplen patrones de atractivo no físico.

Para continuar, asumiré mi limitación en el conocimiento de las buenorras, así como mi voluntad de subsanar dicha limitación por medio de la experiencia.

Patrones de atractivo no físico:

  • Dinero, estatus.
  • Seguridad, fortaleza, solvencia.
  • Inteligencia, humor, diversión.
  • Dedicación, comprensión, atención, cariño.

De lo observado deduzco que se sienten atraídas por patrones de los tres primeros grupos (que no dependen de ellas) y estimulan patrones del cuarto (que sí).

Las cualidades del grupo segundo se apoyan fuertemente tanto en las del primero como en las del tercero como en los patrones de atractivo físico.