"Sencillamente os escribo para comunicaros que mañana empieza mi jornada de verano. de 8 a 15h, es decir, os escribo por joder un rato. Este horario se prolongará hasta el 30 de septiembre. :-)))"

Esto me ha inspirado la siguiente reflexión, que supongo que ya habré compartido con vosotros alguna noche que otra, porque me repito más que el ajo:
Como sabéis, el sueldo de este señor, y de todos sus compañeros, procede de los impuestos que pagamos.
¿Sabéis que estos impuestos, si metemos todos los impuestos indirectos, (IVA, impuestos especiales etc) y más o menos para las rentas que tenemos nosotros, resulta en una presión fiscal de más del 40% de nuestros ingresos? En el caso de más de uno de los que leerán esto, si consideramos el impuesto especial aplicable a bebidas alcohólicas/tabaco, debe rondar más bien el 50%.
Todo esto obedece, sin duda alguna, a la justicia social. Porque aquí todos somos señoritos, con importantes heredades y negocios familiares que nos han dejado la vida solucionada. Estoy seguro que los hijos de Botín y demás fauna pagan mucho, pero mucho más. (Por los cojones)
Compartid, pues, mi gozo al pensar que estoy pagando al hijoputa este por tener una jornada idílica de la que yo no puedo disfrutar. Y encima encima se cachondea, el tío.
En fin, la clase funcionarial (y aledaños) es la nueva nobleza. Ahora ya no hay duques, condes y Grandes de España. Hay funcionarios de carrera, notarios y demás. Y tienen unos derechos completamente distintos a los del resto de los mortales. Igualito que en el sistema feudal. Me dirá alguno que no es lo mismo porque ahora tienen que hacer oposiciones. Pero la objetividad de las oposiciones es relativa en el mejor de los casos. Además, aunque lo fuera, eso no justifica derechos distintos de por vida. En el sistema feudal también tenías que conquistar algún castillo o follarte a un rey para que te hicieran marqués o duquesa. La única diferencia es que esto no es hereditario (aunque con la mano que hay en los tribunales, más o menos), pero tiempo al tiempo...
Como es lógico, me alegro de que algunos de mis amigos disfruten de su condición de nobles, y de que mi futura señora vaya a ser Duquesa, que nos será muy conveniente. Pero por mucho que me beneficie del sistema, éste no dejará de ser injusto.
Espero con ansia el día en el que se repita la historia (siempre se repite) y la presión sobre la gente normal sea tan insoportable que tomemos Nuevos Ministerios en plan La Bastilla. Asistiré con gusto a las decapitaciones de los Subsecretarios.
Petons a todos.