Conste que no tenía la más remota intención de escribirlo pero ha sido tal la palpación genital a la que me han sometido...
Entiendo por guarra, no a la mujer grosera y sin modales de la Real Academia sino a aquélla que actúa como a un hombre le gustaría hacer1. Permítaseme señalar que deriva de la propia definición la inexistencia del equivalente masculino, así como el más que probable origen femenino de la acepción. El hecho de que la expresión efectivamente se use, sumado al de que no la haya inventado yo, aduce a pensar que las guarras existen, como existen las mentes feministoides y bienpensantes que denuncian el supuesto machismo de emplear semejante término… ¡Claro! Pienso yo, porque ser una guarra es cojonudo2 y ojalá las tías fueran todas unas guarras (quiero decir en público, porque en privado, en mayor o menor medida, lo son)… ¡Pues no! Resulta que ser una guarra no es malo pero se puede condenar sin el menor asomo de esquizofrenia la utilización de dicho calificativo por considerarlo ofensivo ¡¿Por qué cojones?! Como jamás diría la por mí idolatrada guarra de Paris Hilton: "¿Esto cómo se come?".1.- No confundir con salida, que sería la que, queriendo ser una guarra, no puede por gorda y/o fea.
2.- Otro ejemplo de machismo en el lenguaje; si fuera insufrible, podría decir que es un coñazo.